Pelar, lavar y cortar las patatas en pequeños trozos de tamaño uniforme (esto es sólo para que puedan cocinar a un ritmo similar.)
Llena tu sartén con bastante aceite de oliva virgen extra y ponlo a calentar a fuego medio. Cuando esté caliente, agrega las patatas y fríelas a fuego medio, moviéndolas de vez en cuando para evitar que se quemen y que se peguen. Remueve las patatas suavemente para no romperlas demasiado. (En la foto usé poco aceite porque iba experimentando con diferentes maneras de hacer la tortilla. Con poco aceite es más difícil de hacer porque se pegan más las patatas y no sale igual de buena si no quedan bien fritas. Te recomiendo que utilices más de lo que ves en la foto).
Si vas a añadirle cebolla, pela la cebolla y córtala en trocitos pequeños. Añade la cebolla al aceite con las patatas y sigue friendo. Hay gente que la añade al final, para que no se cocine tanto, pero a mí me gusta añadirla al principio para que quede bien frita y de sabor más suave.
Sigue cocinando y dándole la vuelta a las patatas hasta que se doren y las notes tiernas al pincharlas con un tenedor.
Escurre las patatas y la cebolla del aceite; añádeles sal al gusto. Puedes usar una cuchara con agujeros o un colador para quitarlas del aceite. Hay gente que las coloca en papel de cocina para absorber el aceite, pero la verdad es que nunca lo he probado yo.
Bate los huevos con una pizca de sal en un bol grande y luego añádeles las patatas y las cebollas escurridas, mezclando todo suavemente para cubrir las patatas con el huevo. Los huevos deben quedar al mismo nivel que las patatas, así que añade más huevos si hace falta.
Engrasa ligeramente una sartén del tamaño que quieras que sea la tortilla y caliéntala a fuego medio. Cuando esté caliente, échale la mezcla de patata, cebolla y huevos y déjala que se cocine poco a poco.
Un truco que he aprendido que me ahorra bastante tiempo es que al echar la mezcla a la sartén, se puede ir removiéndola un poco para que se vaya cocinando lo del centro. Después la aplastas al fondo de la sartén y la dejas que se vaya cocinando la parte inferior de la tortilla.
Cuando veas que los huevos se sueltans de la sartén, con la ayuda de una espátula puedes intentar soltarla completamente. Puedes comprobarlo agitando un poco la sartén. Una vez suelta, puedes darle la vuelta a la tortilla.
Para darle la vuelta a la tortilla, cubre la sartén con un plato boca abajo. Sostén firmemente el plato sobre la sartén y dale la vuelta con cuidado, dejando que la tortilla caiga encima del plato. (Se puede ver que lo dejé demasiado tiempo mientras hacía fotos y limpiaba la cocina. De todas formas, esa parte queda abajo después y estaba buenísima de todas formas.) ;)
Con cuidado deja que la tortilla se deslice del plato a la sartén, el lado crudo hacia abajo.
Cocina la tortilla durante un par de minutos más, el tiempo suficiente para que no se quede cruda por dentro.
Ya has hecho con éxito una tortilla española. Para servirla, le puedes dar la vuelta una vez más al plato para servirla. Córtala como quieras y... ¡A comer!