Mezcla todos los ingredientes hasta formar una masa firme, por lo que no debes agregar demasiada agua. La primera vez que los hice, solamente añadí sal y comino, pero luego decidí añadir más especias como ajo y pimienta negra. Estaban todos muy buenos. Me encantaría probar con más combinaciones de especias.
Amasa durante varios minutos. Al principio, la masa es pegajosa, pero poco a poco comienza a juntarse. Si te engrasas las manos y la encimara de la cocina para que no se pegue, mucho mejor. Yo usé aceite de coco.
Coge pequeñas secciones de la masa y estíralas usando un rodillo. Usé un cortador de galletas redondo para cortar la masa en pequeños círculos y luego extendí la masa de cada círculo aún más para hacerla lo más fina posible.
Una vez que tengas los círculos de masa hechos, se tienen que deshidratar para poder almacenarlos. Si hace sol, puedes secarlos al sol. Si no es así, puedes utilizar un deshidratador o el horno a la temperatura más baja. Yo usé mi horno con el ventilador puesto, y se secaron con bastante rapidez. A medida que se iban secando, los apartaba a un lado para hacer sitio para los siguientes círculos.
Una vez secos, puedes almacenar los papadums en un recipiente hermético o prepararlos para comer.
Para preparar los papadums caseros, se pueden asar en el horno, cocinar en el microondas o freírlos en aceite. Probé los tres métodos, pero mi favorito era freírlos. Los papadums fritos se hacen crujientes y ligeros al instante en el aceite caliente, y eran mejores que los de la tienda. Los del horno y el microondas se hicieron crujientes también, pero no estaban igual de buenos.
Seguí el proceso de hacer papadums caseros con ambos tipos de harina. Los papdadums hechos con harina de urid eran muy parecidos a los que se compran hechos, pero mejores. El pan de lentejas no salió tan ligero como los papadums caseros hechos con harina de urid. También estaba bueno, pero me gustan más los papadums clásicos.
Aquí comparo un papadum casero con uno comprado en tienda (más grande).