Corta la sandía en trocitos pequeños, eliminando tanto la corteza externa como las semillas.
Congela los trocitos de sandía por lo menos 4-5 horas.
Mete los trozos de sandía en el recipiente de un procesador de alimentos, y échale la mitad de la leche de coco. Procesa la mezcla, agregándole el resto de la leche de coco, según sea necesario, para ayudar al proceso, y para hacer un helado de sandía más cremoso.
Sirve inmediatamente. Si quieres hacer un helado más consistente, guárdalo en el congelador un ratito más antes de servirlo.