Crujiente por fuera, jugosita por dentro, el cerdo asado de estas carnitas mexicanas le encanta a toda mi familia. Lo sirvo o en tortillas de maíz caseras o tortillas paleo de linaza y os enseño como hacerlas.
Últimamente estoy probando de hacer recetas nuevas, no sólo para el blog, sino también porque por fin he encontrado una olla de cocción lenta (algo que no es muy común en España) y me deja experimentar con comidas que me costaban más hacer sin ella.
Aparte de eso, busco recetas sanas y fáciles de hacer que le gustarán a mi hijo.
Una de estas recetas nuevas que se ha convertido en una de mis favoritas es la de las “carnitas mexicanas”.
Ya hace tiempo que hago un cerdo asado en la olla lenta (muchas veces servido con salsa de barbacoa, porque mi marido lo prefiere así). Sin embargo, ya sabéis que intento evitar usar alimentos procesados y la salsa de barbacoa tiene gran cantidad de azúcar. Puedo controlarlo un poco haciendo una salsa de barbacoa casera, pero la verdad es que cuesta bastante y la reservo para ocasiones especiales.
El cerdo asado solo le aburre.
Buscando una manera de servirlo sin salsa de barbacoa, me acordé de cuando mi marido trabajaba con una familia mexicana en un restaurante mexicano en los EE.UU. Solíamos reunirnos con ellos fuera del trabajo y cuando nos invitaban a su casa, a veces hacían un cerdo asado servido con tortillas de maíz caseras; me encantaba.
La primera vez que intenté hacer carnitas mexicanas en la olla de cocción lenta, cociné el cerdo con un poco de cebolla y diversas especias. Cuando la carne estaba tierna, la corté en tiras más bien grandes y la freí con un poco de manteca de cerdo justo antes de servirla. La mayoría de las recetas de carnitas ponen alguna variación de ese proceso. El problema es que la carne tenía buen sabor, pero quedó un poco seca y grasa al freírla.
Después de probar varias formas, decidí que me gustaba algo más sencillo. Simplemente cocinaba la carne de cerdo en la olla lenta con un poco de sal (y a veces con algunas especias como el comino y la guindilla de cayena). Para conseguir una carne de cerdo muy tierna, la cocino a baja temperatura durante unas 7-8 horas.
Una vez tierna la carne, la desmenuzaba bien y la servía sin freír. Incluso lo enseñaba así en mi blog durante bastante tiempo y así quedaba hasta que un día mi marido me admitió que no le gustaba mucho la carne así porque ¡parecía carne hervida!
Decidí volver a intentarlo de la otra manera, pero haciendo unos cambios que me ayudan a conseguir una carne crujiente por fuera que sigue siendo blandita y jugosita por dentro. Parte del secreto es usar una sartén o plancha de hierro fundido y también ayuda freírlo poco tiempo a temperatura alta para que quedé crujiente sin que se seque la carne.
Al hacerlo así, el otro día me comentó mi marido que ¡le gusta bastante esta carne! Por fin lo he conseguido de verdad.
Os dejo con mi receta de carnitas mexicanas:
Ingredientes
- 1 kilo cabeza de lomo
- 1 cdta. comino molido
- 1/2 cdta. sal al gusto
- pimienta negra recién molida
- 1/4 cdta. cayena al gusto
- 5 dientes ajo pelados y cortados por la mitad
- 2 cebollas peladas y cortadas en rodajas finas
- 1 lima
Elaboración paso a paso
- Coloca el cerdo en una olla de cocción lenta con el ajo, el comino, la sal, pimienta negra, y la cayena, y cocina la carne a fuego lento durante 6-7 horas.
- Pasado ese tiempo, chafa el ajo cocido con el caldo que ha soltado el cerdo.
- Pela y corta las cebollas en laminas finas y añádelas a la olla junto con el zumo de una lima. Prefiero añadir las cebollas cuando sólo queda una o dos horas de cocción para que no se quemen ni se cocinan tanto que pierden toda consistencia. Con una hora a dos horas de cocción, las cebollas se caramelizan perfectamente sin desaparecerse. Dicho esto, si vas a estar fuera de casa, puedes agregar todos los ingredientes a la olla al principio.
- Después de 8 horas en total, el cerdo debe estar tierno. Ya puedes sacarlo de la olla de cocción lenta y servirlo así, o puedes seguir para conseguir una carne crujiente por fuera (ya es como nos gusta más).
- Calienta una sartén de hierro fundido a fuego alto y derrite un poco de manteca en la sarten mientras desmenuzas ligeramente el cerdo cocinado.
- Dora la carne de cerdo desmenuzado en la manteca de cerdo. Si te gusta que esté realmente crujiente, debes hacerlo a fuego alto, y voltear la carne para dorar el otro lado también. Debes intentar hacerlo rápido para que no se cocine demasiado tiempo y se seque la carne.
- Sirve la carne con las cebollas caramelizadas en tortillas caseras con las salsas y guarniciones que prefieras.
Servir las carnitas mexicanas es sencillo.
Pones un poco del cerdo asado sobre una de las tortillas y añades los condimentos y aderezos que más te gusten. El cilantro es tradicional, pero no nos gusta demasiado ni a mi marido ni a mí, así que no solemos añadirlo. Me encanta exprimir un poco de limón sobre la carne para darle un toque ácido.
No suelo ponerles mucho más que lechuga y un poco de aguacate or un poco de creme fraiche casero, pero mi marido les echa salsa de tomate y trocitos de tomate cortado en cubitos. Mi hijo sorprendentemente puede comerlas sin mucha ayuda.
Es maravilloso encontrar algo que a todos en la casa les gusta comer.
¡Son fáciles y sabrosas!
Como hacer tortillas de maíz caseras
Las carnitas se suelen servir con tortillas de maíz en lugar de las de harina. Un año (¡me volví loca!) me traje una prensa de tortillas. Pesa mucho y no solía hacer mis tortillas todavía así que no sé por qué lo hice. Aún así me viene bien porque ahora sí me doy cuenta de lo importante que es hacer la comida en casa todas las veces que sea posible. No sólo sabe mejor sino también controlas los ingredientes y puedes evitar los conservantes y aditivos poco saludables.
Cuando empecé a hacer las tortillas de maíz, pensaba que la masa de harina que usaba estaba libre de transgénicos. Por desgracia, no era así y hasta ahora no he encontrado una versión no-OGM aquí en España. Es una pena; realmente salen mejor y son más fáciles de hacer. Pero estaba decidida a encontrar otra manera de hacerlas. Así que, desde entonces, hago las tortillas de maíz con una harina de maíz ecológica. No es tan fácil de manipular como la masa de harina, pero se puede hacer.
Si usas la masa de harina, te aconsejan en el paquete la cantidad de agua que debes poner. Cuando se absorbe el agua, forma bolitas que después pondrás en la prensa de tortillas. A continuación, las fríes en una sartén, preferentemente una sartén de hierro fundido
Ahora hago lo mismo con la harina de maíz orgánica. Para evitar que se rompan, primero retiro un lado del papel de horno y coloco la tortilla (masa abajo) en la sartén dejando una capa de papel unida a la tortilla. Cuando la tortilla empieza a cocerse, se puede retirar el papel superior fácilmente sin que se rompa, justo antes de darle la vuelta.
Me di cuenta de que era más fácil freírlas en un poco de manteca de cerdo la primera vez que las hice. Lo que no me gustaba es que estaban grasientas. También les faltaba sabor. Entonces le añadí un poco de manteca de cerdo casera a la mezcla, en vez de usar solo agua y una pizca de sal. Haciendo la mezcla así, ya no necesitaba grasa en la sartén para freírlas. No se pegan.
Las cocinas hasta que le salen manchas marrones por un lado; les das la vuelta y haces lo mismo en el otro lado.
¿El resultado?
Son mucho mejores que las que se compran en el supermercado. Por algún extraño motivo las tortillas de maíz que se compran suelen saber a cartón. 😉
¿Buscas una receta 100% paleo?
Verás, cada vez mi dieta se acerca más al dieta paleo. Por eso, hace tiempo que no hago las tortillas de maíz y las he cambiado por otras dos alternativas. Para mí las más fáciles son las tortillas paleo de linaza y huevos, pero también me encantan las tortillas de linaza sin huevo y se acercan más al sabor a las tortillas de maíz.
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